dilluns, 23 de desembre del 2013


CUENTO DE NAVIDAD. Paul Auster
Auggie se lanzó a contarme su historia. —Fue en el verano del setenta y dos —dijo. Una mañana entró un chico y empezó a robar cosas de la tienda. Tendría unos diecinueve o veinte años, y creo que no he visto en mi vida un ratero de tiendas más patético. Estaba de pie al lado del expositor de periódicos de la pared del fondo, metiéndose libros en los bolsillos del impermeable. Había mucha gente junto al mostrador en aquel momento, así que al principio no le vi. Pero cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, empecé a gritar. Echó a correr como una liebre, y cuando yo conseguí salir de detrás del mostrador, él ya iba como una exhalación por la avenida Atlantic. Le perseguí más o menos media manzana, y luego renuncié. Se le había caído algo, y como yo no tenía ganas de seguir corriendo me agaché para ver lo que era. "Resultó que era su cartera. No había nada de dinero, pero sí su carnet de conducir junto con tres o cuatro fotografías. Supongo que podría haber llamado a la poli para que le arrestara. Tenía su nombre y dirección en el carnet, pero me dio pena. No era más que un pobre desgraciado, y cuando miré las fotos que llevaba en la cartera, no fui capaz de enfadarme con él. Robert Goodwin. Así se llamaba. Recuerdo que en una de las fotos estaba de pie rodeando con el brazo a su madre o abuela. En otra estaba sentado a los nueve o diez años vestido con un uniforme de béisbol y con una gran sonrisa en la cara. No tuve valor. Me figuré que probablemente era drogadicto. Un pobre chaval de Brooklyn sin mucha suerte, y, además, ¿qué importaban un par de libros de bolsillo? "Así que me quedé con la cartera. De vez en cuando sentía el impulso de devolvérsela, pero lo posponía una y otra vez y nunca hacía nada al respecto. Luego llega la Navidad y yo me encuentro sin nada que hacer. Generalmente el jefe me invita a pasar el día en su casa, pero ese año él y su familia estaban en Florida visitando a unos parientes. Así que estoy sentado en mi piso esa mañana compadeciéndome un poco de mí mismo, y entonces veo la cartera de Robert Goodwin sobre un estante de la cocina. Pienso qué diablos, por qué no hacer algo bueno por una vez, así que me pongo el abrigo y salgo para devolver la cartera personalmente. "La dirección estaba en Boerum Hill, en las casas subvencionadas. Aquel día helaba, y recuerdo que me perdí varias veces tratando de encontrar el edificio. Allí todo parece igual, y recorres una y otra vez la misma calle pensando que estás en otro sitio. Finalmente encuentro el apartamento que busco y llamo al timbre. No pasa nada. Deduzco que no hay nadie, pero lo intento otra vez para asegurarme. Espero un poco más y, justo cuando estoy a punto de marcharme, oigo que alguien viene hacia la puerta arrastrando los pies. Una voz de vieja pregunta quién es, y yo contesto que estoy buscando a Robert Goodwin. "—¿Eres tú, Robert? —dice la vieja, y luego descorre unos quince cerrojos y abre la puerta. "Debe tener por lo menos ochenta años, quizá noventa, y lo primero que noto es que es ciega. "—Sabía que vendrías, Robert —dice—. Sabía que no te olvidarías de tu abuela Ethel en Navidad. "Y luego abre los brazos como si estuviera a punto de abrazarme. "Yo no tenía mucho tiempo para pensar, ¿comprendes? Tenía que decir algo deprisa y corriendo, y antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba ocurriendo, oí que las palabras salían de mi boca. "—Está bien, abuela Ethel —dije—. He vuelto para verte el día de Navidad. "No me preguntes por qué lo hice. No tengo ni idea. Puede que no quisiera decepcionarla o algo así, no lo sé. Simplemente salió así y de pronto, aquella anciana me abrazaba delante de la puerta y yo la abrazaba a ella. "No llegué a decirle que era su nieto. No exactamente, por lo menos, pero eso era lo que parecía. Sin embargo, no estaba intentando engañarla. Era como un juego que los dos habíamos decidido jugar, sin tener que discutir las reglas. Quiero decir que aquella mujer sabía que yo no era su nieto Robert. Estaba vieja y chocha, pero no tanto como para no notar la diferencia entre un extraño y su propio nieto. Pero la hacía feliz fingir, y puesto que yo no tenía nada mejor que hacer, me alegré de seguirle la corriente. "Así que entramos en el apartamento y pasamos el día juntos. Aquello era un verdadero basurero, podría añadir, pero ¿qué otra cosa se puede esperar de una ciega que se ocupa ella misma de la casa? Cada vez que me preguntaba cómo estaba yo le mentía. Le dije que había encontrado un buen trabajo en un estanco, le dije que estaba a punto de casarme, le conté cien cuentos chinos, y ella hizo como que se los creía todos. "—Eso es estupendo, Robert —decía, asintiendo con la cabeza y sonriendo. Siempre supe que las cosas te saldrían bien. "Al cabo de un rato, empecé a tener hambre. No parecía haber mucha comida en la casa, así que me fui a una tienda del barrio y llevé un montón de cosas. Un pollo precocinado, sopa de verduras, un recipiente de ensalada de patatas, pastel de chocolate, toda clase de cosas. Ethel tenía un par de botellas de vino guardadas en su dormitorio, así que entre los dos conseguimos preparar una comida de Navidad bastante decente. Recuerdo que los dos nos pusimos un poco alegres con el vino, y cuando terminamos de comer fuimos a sentarnos en el cuarto de estar, donde las butacas eran más cómodas. Yo tenía que hacer pis, así que me disculpé y fui al cuarto de baño que había en el pasillo. Fue entonces cuando las cosas dieron otro giro. Ya era bastante disparatado que hiciera el numerito de ser el nieto de Ethel, pero lo que hice luego fue una verdadera locura, y nunca me he perdonado por ello. "Entro en el cuarto de baño y, apiladas contra la pared al lado de la ducha, veo un montón de seis o siete cámaras. De treinta y cinco milímetros, completamente nuevas, aún en sus cajas, mercancía de primera calidad. Deduzco que eso es obra del verdadero Robert, un sitio donde almacenar botín reciente. Yo no había hecho una foto en mi vida, y ciertamente nunca había robado nada, pero en cuanto veo esas cámaras en el cuarto de baño, decido que quiero una para mí. Así de sencillo. Y, sin pararme a pensarlo, me meto una de las cajas bajo el brazo y vuelvo al cuarto de estar. "No debí ausentarme más de unos minutos, pero en ese tiempo la abuela Ethel se había quedado dormida en su butaca. Demasiado Chianti, supongo. Entré en la cocina para fregar los platos y ella siguió durmiendo a pesar del ruido, roncando como un bebé. No parecía lógico molestarla, así que decidí marcharme. Ni siquiera podía escribirle una nota de despedida, puesto que era ciega y todo eso, así que simplemente me fui. Dejé la cartera de su nieto en la mesa, cogí la cámara otra vez y salí del apartamento. Y ése es el final de la historia. —¿Volviste alguna vez? —le pregunté. —Una sola —contestó. Unos tres o cuatro meses después. Me sentía tan mal por haber robado la cámara que ni siquiera la había usado aún. Finalmente tomé la decisión de devolverla, pero la abuela Ethel ya no estaba allí. No sé qué le había pasado, pero en el apartamento vivía otra persona y no sabía decirme dónde estaba ella. —Probablemente había muerto. —Sí, probablemente. —Lo cual quiere decir que pasó su última Navidad contigo. —Supongo que sí. Nunca se me había ocurrido pensarlo. —Fue una buena obra, Auggie. Hiciste algo muy bonito por ella. —Le mentí y luego le robé. No veo cómo puedes llamarle a eso una buena obra. —La hiciste feliz. Y además la cámara era robada. No es como si la persona a quien se la quitaste fuese su verdadero propietario. —Todo por el arte, ¿eh, Paul? —Yo no diría eso. Pero por lo menos le has dado un buen uso a la cámara. —Y ahora tienes un cuento de Navidad, ¿no? —Sí —dije—. Supongo que sí. Hice una pausa durante un momento, mirando a Auggie mientras una sonrisa malévola se extendía por su cara. Yo no podía estar seguro, pero la expresión de sus ojos en aquel momento era tan misteriosa, tan llena del resplandor de algún placer interior, que repentinamente se me ocurrió que se había inventado toda la historia. Estuve a punto de preguntarle si se había quedado conmigo, pero luego comprendí que nunca me lo diría. Me había embaucado, y eso era lo único que importaba. Mientras haya una persona que se la crea, no hay ninguna historia que no pueda ser verdad. —Eres un as, Auggie —dije—. Gracias por ayudarme. —Siempre que quieras —contestó él, mirándome aún con aquella luz maníaca en los ojos. Después de todo, si no puedes compartir tus secretos con los amigos, ¿qué clase de amigo eres? —Supongo que estoy en deuda contigo. —No, no. Simplemente escríbela como yo te la he contado y no me deberás nada. —Excepto el almuerzo. —Eso es. Excepto el almuerzo. Devolví la sonrisa de Auggie con otra mía y luego llamé al camarero y pedí la cuenta.

Bon Nadal

dimarts, 15 d’octubre del 2013

Oh, que contenta estic!

Santa Teresa, el sant de la meva enyorada mare. 
Alice Munro guanya el Nobel de literatura i jo em faig molt contenta, tant contenta que fins i tot em poso a escriure aquí després de tants dies sense ni acostar-me. 
L'alegria que avui sento es deu també a d'altres qüestions. La visita d'un escriptor holandès que venero a una petita llibreria de Barcelona, avui al vespre, en la mena d'actes que m'encisen. Em callo el nom. que les cadires estan comptades. 
Dijous Club de lectura, un altre motiu d'il.lusió. Els desorientats, d'Amin Maalouf, una lectura que m'he empassat amb deler, ben de pressa, com aquells pastissos no gaire dolços que a mesura que te'ls vas menjant t'agraden més i més, fins al punt que s'ha acabat i tu t'has quedat encara amb els budells mig buits.  

dimarts, 17 de setembre del 2013

Sant Feliu de Guíxols a misses dites.

L'Espai Carme Thyssen, a Sant Feliu de Guíxols, amb un flamant rètol SISLEY- KANSDINSKY- HOPPER prometia més del que en realitat va ser. Tot just, entre una cinquantena de quadres, hi havia un oli de Sisley, un de Kandinsky i un altre de Hopper i precisament cap dels tres era representatiu de l'obra de cada artista. El Hopper era 'Martha Mckeen' de Wellfleet, un oli de 1944, una marina molt allunyada dels temes habituals del pintor. El Sisley i el Kandinsky tampoc no van resultar ser dels més remarcables. Una publicitat, doncs, que podríem considerar un punt enganyosa.
D'altra banda he de remarcar que hi havia esplèndides obres d'artistes catalans ( Meifrén, Martí i Alsina, Urgell, Amat, Graner, ...).
Tot plegat un brevíssim recorregut de la pintura des de la segona meitat del segle XIX fins a la primera meitat del segle XX, des del realisme, passant per l'impressionisme, fins al camí que portarà cap a l'abstracció. 
L'Espai, que era l'antic Palau de l'Abat, se situa dins d'un monestir benedictí arran de mar i fundat a la primera meitat del segle X que té l'aspecte d'un castell ja que està envoltat per les torres de defensa i guaita. 



divendres, 6 de setembre del 2013




S
isley, Kandinsky i Hopper a Sant Feliu de Guíxols de la mà de Carmen Tyssen.  

Ja podem visitar l'exposició. Jo no me la penso perdre!
A la foto un Hopper esplèndid.


dimecres, 21 d’agost del 2013

Lectures d'agost

En Kureishi i el seu El regalo de Gabriel, el que ara estic llegint, perd molt després de lectures com Stoner, de John Williams, Solsticio de José Carlos Llop i El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, els llibres que porto llegits aquestes vacances. No obstant, és agradable aquesta lleugeresa, aquest tocar punts sensibles però per sobre, aquest humor, els personatges estrafolaris tan divertits, el Londres canalla que ens pinta...
El millor, el més emotiu dels llibres que he citat, amb un estil transparent, força contingut, intens, poètic molt sovint, és Stoner, una novel.la de l'any 65, que com passa massa sovint a massa grans llibres, han calgut anys i panys perquè se la posi en el lloc que li pertoca. Una obra universal sobre el fracàs, la veritat, les aparences, la vocació, la malaltia, la literatura, que emociona fins a la llàgrima. Tots som una mica Stoner. 
De El gran Gatsby ja s'han dit moltes coses. Interessant, ben escrit, però tot i tenir tots els ingredients per sacsejar-nos, no arriba a emocionar. 
De José Carlos Llop, tbé he llegit En la ciudad sumergida durant les vacances, d'aquest mallorquí que escriu en castellà, en parlaré un altre dia, que ja me n'he cansat. Camperols descansant, 1919, de Picasso. 




dilluns, 5 d’agost del 2013

Melangia literària

Agost amb les descobertes de bona literatura i amb la melangia que arrossega. José Carlos Llop i Jhon Williams, dos dels novíssims en el meu cabal. La melangia ve d'aquí, d'aquests paradisos minúsculs que ens enlluernen com el migdia i que al ritme de cada tarda, el pas inexorable del temps, van desfent-se. Perquè sabem que de tot l'entusiasme d'ara, per aquest escriptor o per aquesta pintora o per aquesta amistat, o fins i tot per un amor, sabem, repeteixo, que demà potser s'haurà enfonsat. Però de moment, aquests moments, ens fan momentàniament feliços. I no és d'això del que es tracta? A la imatge un picasso dels blaus.


diumenge, 21 de juliol del 2013

Dilluns

Fatiga de dilluns, fatiga de l'estiu, fatiga de lectures podria dir avui. 

LUNES

Pero después de todo, no sabemos

si las cosas no son mejor así,

escasas a propósito… Quizá,

quizá tienen razón los días laborables.

Tú y yo en este lugar, en esta zona

de luz apenas, entre la oficina

y la noche que viene, no sabemos.

O quizá, simplemente, estamos fatigados.



dimarts, 9 de juliol del 2013

Botifarra and poesia

Molts coneixeu l'amor incondicional, no és el meu cas, que la majoria de catalans professen per les botifarres. En Gabriel Ferrater, el poeta dels 'trenta-set horitzons rectes i prims' i 'enfant terrible', n'era un gran amant.
Diu que un dia de costellada i lletraferits s'havien reunit en un restaurant un grupet de poetes entre els quals hi havia també el gran Salvador Espriu que com en Gabriel Ferrater esperava i esperava a què arribés la desitjada botifarra de mans d'un cambrer força despistat. La paciència de'n Ferrater, que no la d'Espriu, arribà un punt que s'esgotà i alçant el braç va cridar:
-Cambrer, què hi ha de la meva pobra, bruta, trista i dissortada botifarra? 







divendres, 28 de juny del 2013

Final

Arranques amb alegria, amb molta força.
Acabes amb melangia, esgotada i buida.
D'això va la vida. 

dimarts, 25 de juny del 2013

Semblança

Totes i cada una de les passes de cada dia va en direccció a si mateix. Cada cosa que escriu, cada cosa que llegeix, cada lloc on s'encamina, cada interès que té, tot condueix a si mateix i només a si mateix. A les xarxes vol fer veure que és generós, que comparteix idees i sentiments, però només són idees i sentiments que van referides a ell mateix. Aspira a ser reconegut en aquest món injust, com ell creu que li pertoca, en els llocs més preeminents. És potser per això que mitifica les adul.lacions i li pica l'ullet a la política. Mai no mostra un interès sincer per cap artista que no sigui famós i que no estigui mort. No pregunta de veritat per la salut ni per la feina ni per l'amor de ningú perquè res d'aliè li mereix la més petita curiositat, però somriu amb molta gràcia. Parla poc, excepte quan té públic. És educat i dóna les gràcies, però tan sols és educat i dóna les gràcies. Espera les mostres d'admiració com s'espera l'aigua en el desert però dissimula amb encert. De vegades publica versos i de vegades novel.les. De vegades, d'altres textos. 

dilluns, 17 de juny del 2013

Capgirant els termes


 ‘Vivim en el millor dels móns possibles’, escrivia Leibniz fa més de tres-cents anys. Shopenhauer dos-cents anys més tard replicava la filosofia optimista de Leibniz amb un profund pessimisme: la vida és dolor. De la filosofia de l'un i de l'altre en deriven els termes optimista i pessimista que tant fem servir avui no per a designar una ‘filosofia optimista’ o una ‘filosofia pessimista’ sinó per parlar de les característiques psicològiques que classifiquen als individus en aquells que davant del mateix got el veuen mig buit, els pessimistes, o el veuen mig ple, els optimistes.
Però abans de la percepció, mig ple o mig buit, i seguint amb l'exemple, hi ha una idea preconcebuda en la persona que ho percep: la idea de com ha d'estar el got. És això, el que pensa que hauria de ser, l'ideal, el que determina la mirada i la interpretació que en fa de la quantitat de líquid que conté el vas.
 Així, l'optimista veu el got mig ple perquè s'ha plantejat abans que podria estar ben buit. Com que està a la meitat i no buit, com podria haver esperat, es dóna per satisfet. El motiu de conformar-se amb el que toca, amb la realitat (l'optimista és un realista), és perquè el que espera no és tan rodó, tan ambiciós com el que podria anhelar un pessimista per al qual les coses aspirarien a la perfecció, en el nostre cas al got ple. D’aquí la profunda decepció que li provoca a un pessimista un món que està molt lluny de ser el millor dels móns possibles, perquè ell aspira a més (el pessimista és un idealista): un món sense malaltia, pobresa, desigualtat, guerra, etcètera. I ara se m'acut que un temperament perfeccionista és gairebé sempre o sempre un temperament pessimista per la raó que ja he comentat abans. Un optimista, en canvi, seria aquell al qual les coses ja li semblen bé perquè no n'espera molt ni aspira a tanta bondat. I per aquest motiu també crec que tot rebel seria un pessimista, si més no en el sentit que he comentat abans.

Arribats a aquest punt em pregunto si els termes optimista i pessimista no haurien de ser usats en el sentit contrari...

dimecres, 12 de juny del 2013

Agradar i entendre

D'una banda estan les coses que t'agraden; de l'altra les que comprens. Alguna vegada coincideixen.
Festa, Teresa Blasco.



dilluns, 10 de juny del 2013

Estiuista

La mort de George Moustaki l'altre dia. Le methèque i Ma solitude, xalo amb les més melangioses de les seves cançons.  

Per fi hem arribat al quaranta de maig i sembla que el temps, ara sí, farà definitivament el tomb. 
L'estiu. No és època d'elegància ni de poetes, ells són més de tardor, però és tan alegre! Deia Jhon Banville, l'autor de la magnífica novel·la El mar, que el seu esperit és octubrista, suposo que per allò de la caiguda de les fulles, els cels lluents i les temperatures contingudes. 
M'agrada la melangia, ja ho he dit, però m'agrada encara més el color. Per viatjar em decanto més pel sud del món que pel nord, prefereixo la calor al fred, l'extraversió a la introversió, l'energia abans que la finura, el groc abans que el gris. El mot no existeix, potser s'hauria d'inventar: estiuista.

dimarts, 4 de juny del 2013

La meva amiga és feliç


O sigui... això de la felicitat existeix, no? 
Davant d'aquestes paraules no puc fer res més que sorprendre'm. Em ve al cap que a l'institut, quan teníem quinze anys, estava de moda dir que hom no creia en l'amor. Ens vam fer una mica més grans i ens vam enamorar. Però la meva amiga, la de la felicitat, ja té quaranta anys, ha viscut uns quants amors abans del que acaba d'estrenar, que suposo és al qui lliga la felicitat, i és mare de dos fills. És una dona sensible, culta, sana, pinta com els àngels... Va vivint sense luxes però sense penúries en un àtic que jo trobo molt alt però que mostra una perspectiva molt afavorida dels cels de Barcelona. No és una persona exagerada i de mentir només el just. Potser, doncs, es tracta d'un cas d'aquests en què hi ha una gran desproporció entre el que hi ha hagut en la seva vida i el que ella ha sentit fins ara. Com que no en trec l'entrellat, vull aclarir què entenc jo per felicitat ja que sospito que com totes les grans paraules deu tenir moltes accepcions.
De la felicitat jo crec que se n'ha de parlar amb minúscules, esperar coses massa grans no funciona, són les coses petites les que ens en poden proporcionar més. No es tracta d'una sensació que arriba i s'instal·la per una llarga temporada a casa nostra sinó que vindria a ser com aquell conegut que ens trobem un dia per casualitat, a qui reconeixem, saludem i de qui ens acomiadem fins a la propera. La propera pot ser a l'endemà o a l'altre o a l'any que ve. De vegades el veiem venir de lluny però més sovint ens el topem de manera imprevista en un lloc inesperat. Si el volem invitar a casa nostra per allò de què ens agrada tant la seva companyia, no sempre accepta, que per això és molt seu.
El tracte amb la felicitat sempre dura massa poc. Ha de ser així per força, perquè si fóssim feliços permanentment com podríem comparar? És per això, perquè passa de pressa, que mai un projecte de vida es pot basar únicament en ella ja que quelcom de tant fugaç ens aboca sense remei al fracàs. Ni cap amor, ni tots els diners, ni la professió ni tot el poder o la fama o el que fos, per parlar de coses grosses, en el que centraríem la nostra felicitat, ens la poden assegurar, perquè a més allò que en un moment de la vida pot provocar uns instants de felicitat pot provocar un fort rebuig en un altre temps.
Nus a la platja, Josep M de Togores
‘Siempre pensé que el paraíso sería algun tipo de biblioteca’, la gran frase de Borges, explicita molt bé una altra de les característiques de la felicitat, la subjectivitat. D'altra banda, ‘Què necessitem per ser feliços? Una mica de cel blau damunt dels nostres caps, un ventet tebi, la pau de l'esperit’ va escriure André Maurois.  A partir de tenir les necessitats cobertes hi ha una gran variabilitat en els sentiments de felicitat de tal manera que un pot sentir-se molt feliç amb molt poquet i un altre mai no en té prou. A un el fa feliç llegir i a un altre el fa feliç que el cel sigui ben blau, posem per cas. Potser la felicitat ve de dins, d'alguna cosa de la nostra fisiologia que en determinades persones funciona millor que en d'altres de la mateixa manera que hi ha qui té colesterol o sucre o manca d'endorfines? Perquè si d'algun lloc no ve és dels diners com demostren tots els estudis seriosos.
Amb això de la felicitat hi ha moltes collonades. Hi ha qui diu que cadascú és responsable de la seva felicitat al marge de les circumstàncies. No hi estic d'acord, això seria més aviat conformisme. I hi ha qui se sent culpable per no sentir-se feliç, una altra collonada. Gent que creu que és infeliç perquè no se sent contínuament feliç, cosa biològicament impossible. Les sensacions més fortes de la vida, aquí  hi posaríem també l'enamorament, xuclen tanta energia del nostre cos que de ser permanents ¿no ens portarien a emmalaltir?
A mi em sembla que en el tren aquest en què viatgem la felicitat no és un destí, no es troba en una estació. És la manera que tenim de viatjar el que importa. ‘No hem d’aspirar a la felicitat. L’hem d’entomar com un regal’, escriu Erri de Luca.




divendres, 31 de maig del 2013

Despertar amb Gil de Biedma

 

Idilio en el café

Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos -qué latido
de la sangre en los párpados- y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.

No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con nosotros vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.

Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio 
              y este beso igual que un largo túnel.


Paul Gauguin

dijous, 30 de maig del 2013

Blau turquesa

Això és un conte sobre dones que també poden llegir els homes.
Havia remogut cel i terra per trobar-lo. Quina ocasió que se li hagués pogut presentar! El primer dia, encara abans d'apujar la persiana, l'Elena, com tanta gent, ja s'esperava impacient a les portes d'entrada. Amb una gran excitació, just en el moment en què els treballadors van obrir, les deu en punt, va ser engolida per la multitud que s'arrossegava cap a dins.
 Dones altes, vestides de colors refrescants, turistes, grasses, joves, baixes i primes circulaven en totes direccions. N'hi havia que es van agafar de seguida a les peces de roba, amb força perquè ningú no els les pogués arravatar, eren les que feien les passes més a poc a poc. N'hi havia, en canvi, que corrien esperitades. N'hi havia que semblaven atordides, com si haguessin perdut el nord; n'hi havia que s'estaven davant dels miralls interrompent el pas, n'hi havia que demanaven tanda, n'hi havia que feien cua per entrar als emprovadors, n'hi havia que s'havien congregat alhora al voltant d'una dependenta i li preguntaven coses sobre talles o colors. Entre les més somniadores, aquelles que acaronaven el gènere, l'escampaven i  s'apartaven una mica per imaginar, hi havia l'Elena.
L'ocasió es deia Xavier Pinós, músic, i ella estava tan il·lusionada que cantussejava baixet i movia els peus com arrencant-se per ballar. L'emoció que sentia ara, el dia abans de la primera cita, no era diferent de la que va sentir la primera vegada amb el primer home, com si de l'experiència i el temps en aquests casos no se n'aprengués res. Pressentia que seria un home alt i fort, ja sentia l'escalfor del seu braç agafant-la per l'espatlla i fins i tot s'imaginava  les respostes a les paraules d'amor que ell li diria a cau d'orella. Del cert el que sabia era el nom i el cognom i que tocava el piano, és a dir, que tenia un present força interessant i un passat bohemi. Ella n'havia conegut d'altres de Xaviers, però de pianista cap ni un, això ho trobava molt excitant.
Mentre triava els vestits que s'hauria d'emprovar amb il·lusió, la vida anterior dels homes que havia estimat va anar desfilant de manera desordenada per la seva memòria: se'n recordà del Ricard, el primer; del Pep, el que no sabia ballar, quan va veure aquell vestit de volants; amb la faldilla de floretes lila, del Josep; del Xavier, el del 2 cavalls i d'aquell altre Xavier, el que era tan baixet que ella li passava tot el cap. Després van venir tots els altres amb qui més tard o més d'hora havia fracassat.
Després d'un vestit virolat que li anava estret, poc adient per a una primera cita amb aquell escot paraula d'honor, se n'emprovà un de molt alegre i divertit en groc llimona segons una dependenta que corria davant de les portes dels emprovadors. Entre el groc i el de volants que venia a continuació ¡ras! es va despassar la cortina:  
-Ai, perdoni, senyora, va dir la venedora del divertit llimona, em dic Carme, recordi. Mentre,  l'Elena es tapava de cintura en avall amb els volants.
-Vol emprovar-se aquest, aquest i aquest, i també aquest i aquest?, va dir girant-li d'esquena. I aquest tan exòtic, què li sembla? Trobo que fa per una dona com vostè.
Va agafar-li el verd maragda, faria joc amb els seus ulls i a més ¡estava tan de moda aquell color! Ui, tenia el tacte aspre i massa botons, va pensar amb picardia. No! El va deixar a la banqueta, en la pila on quedarien els que aniria descartant. Després va venir aquell de la toca. Tampoc, que feia de casament. L'altre de piqué era massa apagat per a agradar-li a un músic, amb aquell altre se li escapava el pit i amb l'altre blanc se la veuria massa blanca i no li marcava prou la cintura, un altre dels seus punts forts que calia potenciar. Va arribar el de tirants: tenia un fons blau i unes floretes diminutes disseminades color cirera que li donaven molta vida i a més tenia les espatlles descobertes i podria lluir l'escot... Però
-Psst, psst... Potser aquest no, va dir la dependenta que atenia darrera la cortina en veure-la aparèixer al passadís dels vestidors. Amb el pit que té...li quedaria... Es va tapar la boca.
-Vulgar, vols dir?, va arremetre ella.
-Oh, no, jo no... va dir ben sufocada la jove.
L'Elena va abaixar els ulls i es creuà la mirada amb una altra dependenta que agafava uns baixos. Com que se la veia gran i experimentada li féu un somriure, com demanant-li aprovació, però s'entristí una mica quan aquella no li'l va tornar.
Mil dubtes la començaren a assaltar. ...o és que no tenia un cos tan ben format com ella imaginava? Quin patró feien servir els fabricants o quin comerç era aquell que una dona com ella no trobava el que volia? I si s'emprovava tots els vestits del magatzem? De segur que algun li pararia com fet a mida! No es podia conformar a la primera, havia d'insistir fins a reblar el clau. El que fos discret però sensual, alegre sense ser massa llampant, modern de temporada sense estar vist, afavoridor, elegant, que li quedés com un guant... havia d'existir.
Més difícil era un home i totes les amigues tard o d'hora s'havien acabat casant! L'Elena va tenir clar que per trobar el que buscava, si és que existia el que venia somiant, havia de dedicar-hi temps i esforç. Li hagués pogut passar també que, tot i dedicar-li tot el temps del món i l'atenció que requeria, no ho hagués aconseguit, però en qualsevol cas el que s'havia dit a si mateixa era que pagava la pena d'intentar-ho, que a ella mai li havien regalat res i que a manca d'altres reptes, aquest tampoc estava tan malament.
 El rellotge havia canviat d'hora i el tamboret del vestidor de la nostra dona estava ple de vestits mal apilats, tots els que havia descartat en la primera, segona, tercera volta. En el penjador només n'hi quedaven dos; a l'etiqueta de l'un va comprovar que no era de la seva talla, així que fora, i l'altre era aquell exòtic que havia deixat pel final. Li va agafar por de no encertar-lo perquè si és que s'havia d'escurçar o fer una pinça o un retoc ja no hi hauria temps material. Va decidir com decideix una dona sensata. ‘Tampoc perdo res per emprovar-me'l. Per mi no quedarà’
Se'l va enfundar i es va enfrontar al mirall amb desconfiança. Tenia tot de flors gegants de color turquesa que recordaven algun paradís i era suficientment curt per a poder lluir les cames amb un bon taló! Oh, i quin escot! Ja havia perdut l'aparença dels divuit anys però mantenia aquell atractiu de les dones en la trentena que s'encén alguna vegada després de fer-ne quaranta. Oh, oh! Es va veure tan del seu estil -de segur que en Xavier quedaria enlluernat- que va sortir corrents de l'emprovador fent petits salts i prement els punys amb força. 
-És com de la Polinèsia, que bonic! va intervenir una dona que passava per davant d'aquell mirall.
-Oh, que femenina!, va dir-li la dependenta amb un gest de sorpresa que li venia directe del cor.
-Avia'm, doni la volta, senyora, va afegir.
-Oh!, com li para!
Ella, en veure's de cos sencer en el mirall de fons, va pensar de seguida en les actrius de les pel·lícules italianes. Sofia Loren, Silvana Mangano, Claudia Cardinale, i aquella altra més antiga que ara no li sortia el nom.
I encara es va sentir:
 -Que guapa que està! Li va sortir espontàniament, es notava, a una dona rossa i envellida de qui va pensar que tenia problemes amb el menjar. S'estava emprovant una faldilla negra i una brusa blanca que li apagava les faccions.
-Me'l quedaré!. Segur! Me'l quedo segur! va dir l'Elena amb una fermesa i una convicció aclaparadores. Després se li va encendre aquell somriure especial que només desvetllen les coses que han estat somiades.
Acte seguit va apartar la cortina i va colar-se de pressa cap a dins. Tremolava i el cor li anava al cent per hora. Tenia por que es desfés el miratge, la màgia de l'instant. Se sentia tan satisfeta, tan atractiva! D'altra banda no tot era goig perquè una certa vergonya i una certa culpa per enlluernar a les pobres dones que per allí circulaven també l'havia notat, però això era atribuïble a què era una persona sensible. Ara ja s'estava desvestint quan va sentir de nou la veu càlida de la Carme:
-Per favor, senyora! Podria tornar a sortir, que una senyora que ens ha sentit li voldria veure el vestit?
I ella, orgullosa però tímida, va tornar a posar-se les flors turquesa i va aparèixer amb les galtes enceses i una certa torbació.
-Ah, ah, això són els blaus! Afavoreixen a tothom, va dir a tall de disculpa.
Però llavors es va imaginar a aquella mateixa dona amb el que, ja, era el seu vestit. També a la dependenta, també a la senyora de la brusa blanca, a la seva germana, i a totes les dones de carn i ossos que li van passar pel cap, totes amb el mateix vestit... i no, no eren els blaus. Cap no seria capaç d'omplir el pit com ella ni de marcar les corbes dels malucs amb tanta simetria... Va alçar el cap amb satisfacció, com havia vist que feien les actrius en les pel·lícules italianes i tots els dubtes que en algun moment podien haver-la assaltat van desaparèixer en un tres i no res.
Per desgràcia la felicitat sempre dura poc i la de l'Elena es va desfer tan aviat va arribar a casa i va llegir el missatge. Era en Xavier, en Xavier Pinós. No es tractava d'anul·lar la cita com primer havia pensat, que va! Li adjuntava una foto... i la saludava ’cordialment’, i ara! va pensar, fins a l'endemà. 
Va passejar amunt i avall entre el corredor i la sala amb la bossa del vestit a la mà fins que va entrar al dormitori. Després va apartar amb ràbia tot de novel·les romàntiques que hi tenia escampades sobre el llit i va llençar-hi la bossa de revés. Es va descalçar i començà a despullar-se molt lentament, com atordida. En el mirall de lluna de l'armari va aparèixer de sobte el seu cos nu. De cap a peus va fer-li una repassada: no hi havia cap imperfecció notable però tampoc no va trobar cap deu. Amb molta cura va treure les flors turquesa de la bossa i es va cordar la cremallera. La llum del blau sobre la cara l'afavoria una cosa de no dir i els ulls, ametllats i misteriosos, destacaven més clars i més profunds que mai. Va desfer-se lentament el monyo i va pentinar-se la cabellera castanya abans de deixar-la caure sensual sobre les flors exòtiques del vestit.  
Per què una noia tan guapa i tan romàntica, amb un vestit com aquell, s'havia hagut de citar amb aquell home trist de la foto? Sí, tocava el piano, però i què! 
Es va treure el vestit decebuda per tan injust com és el món, oblidant per un moment, que érem al juliol, en època de rebaixes.

.

dimecres, 29 de maig del 2013

Estima i fes el que vulguis

L'única manera sensata que veig per poder esbrinar què senten les persones és observar què fan, com es comporten. Pel que fa a l'amor i a l'amistat, dos sentiments cabdals dels quals en depèn gran part de la nostra fortuna o de la nostra dissort, cal afinar molt si no volem sortir-ne ben perjudicats. Si en els fets dels suposats ‘amics’ o ‘amors’ no es demostra fidelitat, confiança, compromís i reciprocitat, quatre aspectes que considero imprescindibles, d'aquella amistat o d'aquell amor més val que no em fem cabal. D'aquell ‘amic’ que mai no truca, que no fa un pas envers nosaltres, o d'aquell ‘amor’ que va a batzegades, seguint un entusiasme momentani, no ens cal fer-ne cas. Quan estimem de veritat un amor o un amic, o quan un amic o amor ens estima de veritat, ningú s'ha d'esforçar per dir o per demostrar res: els fets, a diferència de les paraules, són ben tossuts; per això, millor d'hora que massa tard ( que no ens hàgim lliurat de cor), acabaran imposant la seva veritat.


dilluns, 27 de maig del 2013

Vagó de dilluns

Deixo anar la mirada cap al cel gris de fora i els arbres que passen de pressa. M'avorreixo igual. No tinc bateria ni cap llibre. No hi ha cap conversa que pugui seguir. La gent tampoc no em distreu, el vagó de dilluns sol ser el més silenciós de la setmana, el que té menys color. No ha plogut encara però tots els passatgers portem un paraigües. Som previsors. Hi ha qui fulleja el diari o el telèfon però la majoria dorm o té son. Si sortís el sol...
De sobte sona el mòbil del meu costat. Un home de mitjana edat.
....................
Hola. Buscáme una tía, una tía buena.
...................
Tíos no, una tía.
...................
Segurísimo.
..................
¿Tú lo vas a hacer? Con María?                                                                
Un tranvía llamado deseo
..................
¿Te gustaría?
..................
¡Ah, no!
..................
Te recibiría con todo abierto.
.................
Estoy pensando en alquilar.
..................
Un estudio. Sobre 450.
.................
Para hacer lo que yo quiera.
...................
¡Jajajaja!
...................
¿Y porqué así?
...................
Ya. Tres o cuatro.
..................
Estuve, pero hace más de treinta años.
..................
Maldito túnel...

dissabte, 25 de maig del 2013

Les cireres de Ceret

Les primeres cireres de la temporada, per allò dels noms, em fan pensar en el poble de Ceret, a la comarca del Vallespir i a recer del Canigó, sempre blanc. Cada primavera floreixen les mimoses i els cirerers sota una llum ben clara que res té que envejar a la de la costa mediterrània. És per aquest motiu que és un referent per a la pintura del segle XX. Picasso, Matisse, Braque, Juan Gris, Miró, Dalí, Herbin, Masson, Kisling i molts altres visqueren i pintaren el poble i els voltants. El Museu d'Art Modern de Ceret és en certa manera un homenatge a tots ells.
Els atractius de la vila no s'acaben amb la pintura i els paisatges naturals. La llengua catalana, que es conserva miraculosament si més no entre els grans, és fàcil de sentir en les converses dels qui deixen passar el temps en el pedrís de l'entrada al poble. Al mercat de dissabte, amb les faves, els pèsols, els pebrots, les patates, les cebes tendres de temporada, les esplèndides cireres, hi acuden els venedors dels voltants que despatxen la collita pròpia. Després del mercat, per si s'encomana quelcom, un cafè o un aperitiu al mateix bar, a l'aire lliure, on Picasso se'l prenia. 
És un poble polit, ric, civilitzat, culte. Les pedres de Ceret també parlen: obres del XIII, del XIV, del XVI, del XVII, del XX ( obra de l'escultor Arístides Maillol). 
Per dormir hi ha un hotelet que m'agrada especialment, a un parell de quilòmetres del nucli del poble, en ple camp. Mas des Termes.
André Masson, Paysage de Ceret

divendres, 24 de maig del 2013

Els ferrocarrils i Joaquim Mir

Ahir als ferrocarrils, fora dels meus horaris habituals. A l'esquerra, un fumador compulsiu. A la dreta, un que havia suat la samarreta repetidament. Davant, entre la boca roja d'una dona que mastega xiclet, els caps de molta gent. Darrera, més i més gent. Intueixo un vell llefiscós que s'aglomera per refregar-se sobre el cul de les dones. Penso en l'aire lliure i em ve al cap un paisatge rural amb un cel blavíssim de Joaquim Mir. 

Quan algú diu ‘No canviïs mai’, no m'afalaga si és el que pretén. És que no hem d'aspirar cada dia de la nostra vida a ser millors? A nivell públic, em pregunto si els qui diuen això, també són del tipus de gent que defensen ‘el que sempre s'ha fet’, al marge que les coses siguin perfectibles. No és això reaccionari?


dimarts, 21 de maig del 2013

En forma

Constato que la majoria de gent que escriu no té cap intenció, ni ambició, de ser poeta o novel·lista, ni  contista. La majoria de gent que escriu és simplement curiosa. Pel mateix motiu, gairebé cada 'escriptor' s'ha provat també com a músic, com a pintor, com a fotògraf, com a dibuixant, què em sé jo. I també constato que el nombre d'aficionats a la literatura i a les arts en general que practiquen un esport o estan apuntats a un gimnàs és el mateix que el nombre d'aficionats a la numismàtica, al punt de creu o al bricolatge, per dir-ne alguns. 

No hi ha millor complement per a l'escriptura que l'exercici físic, dirien J. Berger i H. Murakami, dos bons exemples de novel·listes 'en forma'. Sense practicar amb el cos no podrien practicar amb el cap, o això és el que diuen. Per contra, jo no sé de cap poeta famós que faci un exercici físic intens a l'estil dels novel·listes. Escriure un poema no suposa una pràctica mental tan llarga ni tan planificada com escriure una novel·la, sobretot si és històrica... D'altra banda, entenc que els poetes prefereixin el taulell del bar abans que la sala de màquines d'un gimnàs, perquè aviam, algú se'n refiaria de la qualitat d'un poeta o d'una poetessa 'en forma'? Jo no.  


dilluns, 20 de maig del 2013

...cada dia un raig

Oh, vosaltres, els qui busqueu el més elevat i millor en la profunditat del saber, en el tumult del comerç, en la foscor del passat, al laberint del futur, a les tombes o més enllà de les estrelles!. Sabeu el seu nom? El nom del que és un i tot? El seu nom és Bellesa. Holderling: (Hyperion)

divendres, 17 de maig del 2013

Quina delícia!

Poques coses m'agraden més que llegir bones cartes però quan els interlocutors són dos escriptors de la talla d'aquest parell resulten encara molt més suculentes. Auster està bé, sempre está bé, però la persona d'en Coetzee resulta tan enlluernadora com la seva literatura. No és poc. 

dijous, 16 de maig del 2013

Dues gotes d'aigua


Vam anar sortejant l'entrada plena de jubilats que discutien, quasi acaloradament, seguint la indicació. Al fons, a Atención al viajero- Información turística, hi havia dos o tres persones que esperaven torn. Mentre ens dirigíem a la cua vaig tenir un pressentiment. Quan el cor em féu un salt, vaig tenir la intuïció de què estava a punt de a passar alguna cosa. Immediatament vaig detenir-me i vaig estar així una estona, amb la mirada perduda, incapaç de fer ni un pas, mentre el meu cap intentava deslliurar-se dels sorolls que fa la gent. No vaig poder seguir-li totes les frases però tampoc no calia ja que amb les quatre paraules soltes que vaig sentir-li dir, ben alt, ben clar, n'hi havia ben bé prou per saber que es tractava de la seva veu, que es tractava de la Patrícia.
La dona que havia deixat la nit abans, a quatre-cents quilòmetres d'aquella vall que ara volíem descobrir amb la meva nova companya, ara resulta que era la persona que atenia i dominava el mostrador d'informació d'aquell poblet. Es que m'havia seguit fins allí? No podia ser! Una sèrie de pensaments, sóc apassionat però faig servir la lògica, s'apilotaven en el meu cap: la possibilitat que ella estigués treballant allí i allà alhora, de què tingués una bessona idèntica, que hagués tingut un atac de gelosia, que les realitats paral·leles conflueixin en algun moment, que jo estigués somiant, que fos jo qui havia anat a seguir-la, que la Patrícia portés una doble vida de la qual jo no en sabia res..., o que m'estigués tornant boig. Al final vaig reaccionar i, respirant ben fondo, vaig voler agafar el toro per les banyes, així que vaig desplaçar-me de manera dissimulada a l'esquerra de la Matilde per poder veure a la Patrícia de cara sense els entrebancs que suposaven els caps de la filera.
Jo ja n'estava segur que era ella però ho havia de confirmar d'alguna manera. El primer que va aparèixer a la meva vista van ser uns cabells negres, aquells cabells tan negres que es feia pentinar com un patge. Es movien amunt i avall seguint les ondulacions coquetes del seu cap i se'ls havia tallat una mica. Ella mateixa?, la nit abans després que jo l'abandonés? Assenyalava amb un llapis sobre un mapa i vaig recordar-me'n de l'anell de plata que li havia regalat aquell Sant Jordi. 
Ara ja volia que em veiés, que em mirés, que destapéssim els secrets d'aquella espècie de comèdia, que respongués a tot, però ella va seguir parlant amb els visitants amb aquell accent basc, el mateix amb el qual m'acaronava l'oïda, assenyalant una vegada i una altra sobre el paper, mentre a mi, que m'agrada resoldre aviat un cop presa una decisió, se m'eternitzava el temps. La mirava de fit a fit i ella, que ja m'havia vist també, anava fent veure amb el llapis a la mà que no se n'havia adonat que el seu amant estupefacte esperava que se'l mirés, que s'expliqués ja.
A cada resposta que em donava a mi mateix sorgien moltes altres preguntes. La Patrícia, no era filla única? També ella mentia? Era un misteri com havia arribat allí, perquè llavors ja tenia clar que era ella la que s'havia desplaçat, però encara en el cas que tingués alguna explicació, el que no tenia cap, cap explicació normal, era que estigués treballant d'un dia per l'altre en un punt d'informació de Navarra, a quatre-cents quilòmetres del gimnàs on jo la vaig conèixer de monitora. Com és possible gitar-se al carrer Entença i despertar-se treballant a Ochagavía?
Sóc lògic però també sóc sensible, per això em vaig emocionar quan per fi em va clavar la mirada negra. Els seus ulls! Els tenia més petits i enrogits, com si s'hagués passat la nit plorant. La de coses que van passar pel meu cap en aquells moments! Vaig sentir una certa llàstima, per això vaig voler reparar la meva culpa, demanar-li fins i tot perdó per les banyes, per tantes mentides, i moltes coses més,  però ella...
Estava mirant-la quasi a punt de plorar quan La Matilde, intrigada, amb preocupació, va dir: Estàs blanc, Josep. Et trobes bé? Però jo no volia descobrir-me ni inquietar-la ni fer-li passar una mala estona ni volia que pensés que se me n'anava el cap, i a més, hagués sabut explicar-li de manera coherent el que ens estava succeint a la Patrícia i a mi? Aguanta, m'anava dient a mi mateix. Aguanta sense dir res.
Va arribar un punt en què la Patri també es posà nerviosa, i en un gest que jo li coneixia ben particular, que no li he vist a ningú més, es va encongir dins del xandall blau, el mateix que jo tantes vegades li havia tret. De fet fins i tot vaig notar que trontollava quan va girar-se d'esquena al públic, la cintura semblava més estreta, per agafar uns fullets del prestatge i ja la veu li tremolava quan va dir ‘adiós’ als de davant.
Ara sí que la meva presència seria ineludible. Volgués o no volgués hauria de reaccionar. Quan vaig trobar la pregunta que li havia de fer, no volia incomodar la Matilde, el desconcert, la preocupació, l'angoixa, la por que en algun moment vaig sentir, van desaparèixer. Ara sentia una certa placidesa, com si m'hagués tret tot el pes de sobre. 
Vaig enfilar la frase en castellà, contra el meu costum de parlar amb ella, amb molta seguretat: No tendrás una hermana que se llama Patricia, no? Imposible, va contestar amb una seductora caiguda d’ulls. Patricia soy yo, va dir després amb un somriure.  

dijous, 9 de maig del 2013

Pamplona amb Hemingway

Aquest matí pluja monòtona, insistent. Ja  amb els camals mullats entro en un cafè i va resulta que és de fusta antiga i marbres gastats. Modernista. El preferit de Hemingway, diu el cambrer amb un somriure de picardia. Sí, això també ho diuen al Floridita. Allà bevia daiquiris, aquí vi negre. Quan surto, segueix plovent. 


dimarts, 7 de maig del 2013

La simpatia i els mots

Acabo de llegir ‘malenconia’, un mot que evito. Confesso que li tinc mania perquè és com si la k em punxés al cor. Sempre que puc el substitueixo per ‘melangia’ que ve a dir si fa o no fa el mateix però en més dolç. El mot ‘fibló’ tampoc m'agrada perquè és sentir-lo i fer-me l'efecte que una abella me l'ha clavat.
‘Desassossec’. Cinc esses tan ben posades que m'agafa una cosa...
Mots que em cauen malament n'hi ha un grapat. ‘Grapat’, per exemple, no em fa gràcia. Ni tampoc ‘folrar’ ni ‘ensopegar’ ni ‘aldarull’. No suporto 'feeling'. Vosaltres direu que clar, ja se sap que les paraules agudes solen ser les més antipàtiques. Doncs, en el meu cas no és ben bé així perquè tampoc no són del meu gust ni 'solemne' ni 'origen', i les dues són ben planes, i el que és pitjor, estan ben considerades.
Hi ha paraules que no estan tan malament i són planes. ‘Harmonia’ (en castellà sense la hac perd molt), ‘marítim’, ‘iaia’ i ‘esperança’, però al costat de les esdrúixoles s'ha de dir que no són res. 
Ai, les esdrúixoles, que simpàtiques que són!

dimecres, 1 de maig del 2013

Celler de Can Roca

Enguany el premi com a millor restaurant del món se l'emporta el Celler de Can Roca (Girona) i un sentiment contradictori. D'una banda satisfeta per haver-hi anat, convidada clar, i de l'altra, amb una certa mala consciència de confessar-ho en els temps que corren. Us penjo la carta del menú (gener de 2013) que vam fer. Els vins els deixo per un altre dia. Menjar al Celler de Can Roca jo diria que és un acte estètic. La bellesa dels plats, amb la forma i el fons confonent-se, és tota una sorpresa. Diferent a tot el que he vist mai. Després venen els sabors, les textures, les olors... però res m'impactà tant com la bellesa del conjunt. El pitjor del menú podria ser massa barreja de plats i vins que t'acaben anestesiant el paladar i un ús abusiu de la xocolata i el dolç en gairebé tots els plats.


Menú festival
Poma de fira

dilluns, 29 d’abril del 2013

La compassió

Aquest matí la imatge d'un home vell m'ha commogut. No suporto veure els nens que ploren, no suporto sentir els adults que ploren, però el que em trenca més el cor és saber que hi ha un vell que plora.
La compassió és un sentiment que potser és la base de l’ètica i un sentiment que ens convé per a la perpetuació de la nostra espècie. No tots els humans la senten (en sobren casos a la història i a la vida), ni tots la vivim de la mateixa manera ni reaccionem davant de les mateixes coses, fins i tot nosaltres mateixos no sempre responem amb la mateixa intensitat al mateix estímul. Els éssers més compassius penso que serien aquells que han extès el sentiment de patir amb l’altre a totes les criatures capaces de sofrir, siguin humanes o animals o fins i tot podria donar-se el cas que fossin plantes. Des d’aquest punt de vista entenc la gent que no menja carn per evitar el patiment animal o aquella que adorm el marisc fresc en alcohol abans de posar-lo a bullir a l’olla o que directament no en menja. Després hi ha totes unes altres sèries de persones que estan més a prop o més lluny d’aquest plantejament però el que em sembla clar és que qui ha extès la compassió a tots els éssers del planeta és perquè ja sent l’empatia cap als humans. La compassió als animals vindria a ser com una extensió més.
A propòsit d’això penso també ara amb un relat excel·lent de David Monteagudo que apareix al llibre ‘El edificio’ titolat ‘El garaje’ que colpeix amb força.
També relacionat amb això, la tauromàquia. M'agraden molt els gravats de Picasso sobre les ‘corrides’ i les pintures d'en Barceló inspirades en el mateix tema, però això no té res a veure amb què m'agradin els toros. No suporto veure patir ningú.

diumenge, 28 d’abril del 2013

28 d'abril

La pluja llençant-se en picat contra els vidres de les golfes. Tornar-la a sentir després d'una llarga temporada de silencis és una pura delícia. Els sons més elementals, més senzills, el soroll del vent, el crepitar de la pluja sobre l'asfalt, com raja l'aigua, el riu avall precipitant-se. La gespa xuclant i amortint com una catifa els cops de la pluja.
Els para-brises del vehicle van colpejant per esborrar les gotes del vidre...i estem arribant a casa. I fa més fred. Els arbres verdíssims ragen i ragen. S'inundarà el garatge de l'edifici de més avall on van a parar totes les fulles que el vent arranca del carrer. Olor d'aigua. Fang en la soca dels plataners. Poesia visual, potser.
Exposició ahir a La Pedrera, Ars combinatòria. Fotografies poètiques de Chema Madoz i poemes fotografiats d'en Joan Brossa, de Salvador Espriu. Un núvol atrapat dins d'una gàbia, Una escala recolzada en un espill aconsegueix que es pugui pujar i baixar alhora... Efectes màgics.


divendres, 26 d’abril del 2013

26 d'abril

Un dia de llevantada que recorda més a la tardor que a la primavera que hem viscut en els darrers dies. A més com que els quatre cirerers del parc ja han perdut les flors la sensació de puixança de l'estació sembla que ha minvat. Els núvols es passegen d'una banda a l'altra del cel i només de tant en tant deixen algunes clarianes. Hem hagut de treure un altre cop les jaquetes que havíem guardat al fons de l'armari. Ja no fa calor.
Hem resistit Sant Jordi un any més, amb milers de persones per la ciutat circulant, volent arribar a la vora de les parades de llibres i amb ell els egos dels escriptors, que s'autoproclamen a tort i a dret,  també sembla que ha tornat a un estat més digne. Entre els llibres més venuts ’Victus’ una novel·la històrica que jo vaig deixar poc després de les dues-centes pàgines, i en té vora sis-centes. No sé què em passa amb la novel·la històrica, tants esdeveniments, tants protagonistes m'atabalen de tal manera que m'impedeixen paladejar la literatura en sí. Jo trobo que als llibres no han de passar gaires coses més que les estrictament necessàries i encara potser massa sovint em sobren fets. La literatura contemplativa, més descriptiva, menys narrativa m'interessa més. Potser es deu al fet que tinc mala memòria. O que com que sóc escèptica em calen brins de veritat, cosa que sí que proporcionen les memòries, els dietaris, les cartes, les biografies, el periodisme literari. Hi ha escriptors però amb els quals aquest verisme el trobo quasi en en els primers mots, però són ben pocs. La novel·la, tantes que n'he llegit! per a mi va perdent el sentit en el món de la tecnologia afalagadora i les presses. Hi ha tantes coses i tant bones avui dia! M'agraden més, doncs, els relats, la narrativa curta. I la poesia, clar. En la literatura no cerco la distracció sinó la bellesa i la reflexió.